Luego de haber protagonizado varios éxitos televisivos, la actriz decidió subirse a las tablas y hoy encarna a la bella e inocente Cenicienta en la competitiva cartelera teatral de invierno. A los 21 y de novia desde hace un año y medio con el tenista Juan Mónaco, asegura haber encontrado el equilibrio, gracias a la tranquilidad que le aporta su pareja.
Triste y desilusionada se encontraba Cenicienta mientras limpiaba los pisos de su casa la misma noche en la cual el príncipe celebraba en el palacio real una fiesta para encontrar a la candidata a la que le iba a proponer casamiento. Pero inesperadamente todo cambió, cuando de pronto apareció el hada madrina que convirtió el sueño de esta pobre niña huérfana en realidad y le permitió asistir al baile. No muy alejados de la archiconocida historia de este cuento infantil podría decirse que fueron los comienzos artísticos de Luisana, quien un día fue descubierta por Cris Morena y con su varita mágica la transformó en una de las actrices jóvenes más exitosas del medio. No obstante, la actriz desestima el mito y apunta: “El público piensa que entré a la tele de un día para el otro, pero antes de ser famosa me presenté a cientos de castings y tuve que sufrir el rechazo. Eso me provocaba mucha tristeza y escenas de llanto”.
Tras participar en varios programas exitosos como Chiquititas, Rebelde Way y Alma Pirata (todos de la factoría Morena) hoy se prepara para protagonizar en la pantalla chica -sin fecha aún definida de salida al aire-, la tira juvenil Atracción 4x4, producida por Ideas del Sur. Pero mientras despliega sus dotes actorales sobre el escenario del teatro Astral, junto al galán Rodrigo Guirao, Georgina Barbarossa y Alicia Zanka en el musical infantil Princesa Cenicienta.
-¿Qué te sedujo del teatro? Porque hasta el año pasado que participaste en la obra Arlequino (por la que fuiste nominada a un premio ACE) era un medio bastante ajeno a vos.
-Sí, es cierto. Creo que me entusiasmó la adrenalina que te genera el contacto con el público. La energía que transmite la gente es increíble.
-¿Cenicienta era tu cuento preferido?
-¡Sí! Cuando era chica me la pasaba mirando la película. Me encanta el momento en que ella asiste al baile, se encuentra con el príncipe y después tiene que huir. Es una historia con mucho encanto.
-¿Pensás que, como tu personaje, fuiste tocada por una varita mágica?
-No sé si tocada, en todo caso guiada. Me dejé llevar por mis sentimientos y participé en proyectos que siempre me gustaron. Además, en todas las ocasiones esperé el momento oportuno. No te imaginás las miles de propuestas que recibí para hacer un protagónico, pero antes de afrontarlo, esperé a sentirme segura.
-Igualmente tuviste una vida de princesa, que la mayoría de las chicas de tu edad no la vivenciaron...
-(Piensa). No creo. Quizás viví en un mundo más cerrado, pero no en un cuento de hadas, porque para llegar a donde llegué también la tuve que pelear. Participé de muchos castings y soporté miles de veces el rechazo; hasta que un día por suerte, llegó el momento en el que me eligió Cris Morena.
-En este proceso de selección que mencionás, ¿te sentiste alguna vez bastardeada como la pobre Cenicienta?
-No sé si es esa exactamente la palabra (piensa), pero me costó mucho. Cuando te dicen que no, siempre hay momentos de llanto y decepción. Creo que fui la persona que más castings hizo en toda su vida. Fue difícil, porque no me integré a la televisión de un día para el otro, como la mayoría cree.
-¿Qué situaciones te hacen sentir como una princesa?
-Sólo cuando me maquillan y me visten, pero después me saco la máscara y vuelvo a ser yo, una chica mucho más simple.
-¿Y cómo es esta Luisana?
-Normal. Lo primero que hago cuando llego a mi casa es ponerme el pijama para estar cómoda. Soy muy tranquila, estoy mucho en mi cuarto y me veo con mis amigas. Soy como cualquier chica de mi edad.
-Sí, pero convengamos que con 21 años lograste un montón de cosas con las que la mayoría de las adolescentes aún sueña...
-Es cierto, cuando me pongo a pensar, me doy cuenta de todo lo que conseguí en tan poco tiempo. Tengo mi auto, mi independencia económica, mi departamento, no dependo de nadie y eso me parece raro en comparación con mis amigos.
-Pero todo esto quizás tiene también su precio, ¿qué cosas del medio no soportás?
-Cuando quieren meterse con mi intimidad. Uno vive una vida tan expuesta, que a veces está bueno que te guardes algo para vos. No me agrada cuando los vecinos saben más de mi vida que yo. Todo el tiempo lucho contra eso y trato de no hablar tanto de mi intimidad.
-¿Y qué hay de esta mujer fatal que aparece en las revistas, es parte de tu personalidad o es una faceta ajena a Luisana?
-Creo que es parte del juego. Me saco el maquillaje y vuelvo a ser yo. Es la imagen que te crean, pero en mi vida cultivo siempre un perfil muy bajo.
-¿Qué aspectos de tu personalidad te molestan?
-Soy muy responsable y a veces me gustaría relajarme un poco. Yo demuestro que no me importan las cosas, pero por dentro, a veces me estoy muriendo. Soy obsesivamente ordenada. Invito a alguien a comer a mi casa y antes que termine le saco el plato para lavarlo. ¡Soy insoportable!
-¿Y cuál pensás que es tu mayor cualidad?
-(piensa, pide ayuda al maquillador). Soy leal, siempre estoy con la misma gente, la fama no me cambió. Además soy muy directa, no me gusta estar mal. Mis momentos son más felices que tristes, porque las situaciones feas trato de evitarlas o enfrentarlas.
-Remitiéndonos a tu profesión, ¿qué metas ambicionás cumplir?
-Me gustaría hacer cine y dedicarme en un par de años sólo a eso. Me atrae porque es más lento, hay más tiempo y se disfruta más que la tele, en donde todo es más efímero.
-¿Tuviste propuestas de cine?
-Varias, pero creo que no llegó el personaje para mí. Hay que esperar y no ser impaciente.
-Hablando un poco de amor... ¿ya encontraste a tu príncipe azul?
-Sí. Juan es mi novio y estoy muy bien con él. Aparte imaginate que si no declaro esto, cuando llego a casa me mata (risas).
-¡Ah!, entonces es una respuesta obligada...
-No. Es mi novio y estoy muy enamorada. Por eso puedo decir que encontré mi príncipe azul.
-¿Qué características te gustan de Juan?
-Me transmite mucha tranquilidad y es muy buena persona. Yo estoy siempre muy acelerada y encontré en él mi cable a tierra.
-¿Cómo se sobrelleva la relación en medio de tantos viajes?
-No es difícil. Él viaja mucho, pero siempre por tiempos cortos. Cuando tengo la oportunidad lo acompaño. Lo extraño, pero estamos en continuo contacto y él es muy presente. Lo complicado del tema es que cada vez que regresa es un volver a empezar.
-¿Te interesa el tenis?
-No, sólo miro los partidos en los que compite Juan. A veces juego con él, pero en broma. Mi profesor me dijo que ya estoy para anotarme en un dobles. Igual está bueno que tengamos dos mundos tan dispares, así cuando estamos juntos podemos hablar de otros temas.
-¿Soñás con un casamiento a lo Cenicienta?
-Siempre quise casarme joven y tener muchos hijos, pero aún no sé si deseo una boda al estilo princesa. Eso lo decidiré con el tiempo. De lo que estoy segura es que no quiero que pase mucho tiempo hasta que se concrete. Mi hermana se casó joven, mi mamá también y me encantaría seguir sus caminos.
-Ya tenés tu departamento de soltera, pero seguís conviviendo con tus padres, ¿no planeás mudarte?
-Tengo 21 años y la paso bien en casa. No me gusta estar sola, soy muy compañera y necesito estar acompañada todo el tiempo. En un departamento sin gente creo que hablaría con las paredes.
-¿Y la convivencia en pareja?
-Todavía no, soy chica y hay tiempo. Todo de a poco...
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